Málaga es una provincia cosmopolita y milenaria en la que se preservan sus raíces y, hoy en día, es una gran potencia turística gracias a su tradición, a los pueblos blancos, a Sierra Nevada y sobre todo a las playas de la Costa del Sol.
Está situada al sur de la costa mediterránea, entre la provincia de Granada y la de Cádiz. En todo su territorio se puede encontrar la presencia de las diferentes culturas que han convivido en esta zona. De ellas, las que más han influido, y se ven reflejadas en su arquitectura, son la cultura musulmana y la nazarí, por lo que se pueden apreciar tanto construcciones como arte de estos estilos en muchos lugares de esta provincia.
En el siglo XIX se desarrolló económicamente por su potente industria textil y por la comercialización de sus vinos. No obstante, su mayor crecimiento sucedió a mitad del siglo XX, gracias al turismo, que todavía perdura hoy en día.
El litoral malagueño cuenta con paisajes costeros con más de 160 km y esconde lugares de ensueño. La Costa del Sol y todas sus playas, largas y bonitas, son un atractivo turístico para todos los visitantes que pisan esta provincia. También tienen entornos naturales muy preciados como los bosques o los ríos e incluso cuentan con espacios protegidos, como reservas o monumentos naturales, para preservar el ecosistema de la zona.
Además, resulta un atractivo turístico para aquellas personas que les gusta practicar deportes puesto que Málaga ofrece una gran variedad de deportes acuáticos, como windsurf, deportes terrestres, como rutas en bicicleta, o deportes extremos, como el rafting o el parapente.
Sin embargo, Málaga no es solo sinónimo de paisajes bonitos y de playas. Esta provincia dispone de una gran cantidad de museos que se pueden visitar, como el Museo de Málaga o el Museo de Picasso, y de monumentos que se pueden contemplar, como la Catedral de Málaga o el Teatro Romano.
Cuenta con una oferta gastronómica muy variada gracias a su dieta mediterránea en la que se utilizan verduras, frutas, pescados y carnes para hacer platos típicos como el gazpachuelo o las frituras de pescado. Aunque también destaca su gastronomía por el marisco, las gambas, las cigalas y sus vinos de pasas y uva de moscatel con una esencia única.
La capital de esta provincia es Málaga, ciudad natal del reconocido Pablo Picasso, por lo que es una parada obligada en el recorrido para conocer la cultura malagueña a fondo. Pero si lo que se busca es algo más tranquilo, los pueblos blancos son el destino ideal. Estos pueblos reciben el nombre porque sus casas son blancas por la parte exterior y son muy característicos de Andalucía. Entre estos pueblos, los que más destacan son Frigiliana y Gaucín, pero hay muchos otros que sorprenden a todo el que los visita. Además, hay un pueblo llamado Júzcar que es conocido como el “pueblo pitufo” que se pintó todo entero de azul en 2011.
Málaga es un destino ideal para todo tipo de vacaciones y turismo gracias a la versatilidad de su entorno, por la presencia tanto de montaña como de playa y la combinación de ciudades y pueblos.